ALBERTO ASENCIO GONZÁLVEZ

 

Alberto Asencio Gonzálvez nació en Elche el 2 de agosto de 1894. Tras pasar unos años en el negocio familiar, hacia 1910 comenzó a trabajar en algunas de las fábricas de alpargatas de la ciudad y después en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Elche. Posteriormente, abrió un almacén de lubricantes, negocio que dirigió hasta su jubilación a principios de los años sesenta. En 1922 contrajo matrimonio con Consuelo Antón, con la que tuvo tres hijos: Rosa, que murió prematuramente, María y Alberto.

Durante la década de los años veinte, Alberto Asencio intervino en diferentes actividades culturales y deportivas. En esta misma época se incorporó a la organización de la Festa, tras su restauración en 1924. En agosto de 1931 pasó a formar parte de la Comisión Popular de las Fiestas en honor de la Virgen de la Asunción que se constituyó para celebrar la Festa de aquel año. Y entre 1932 y 1935, se encargó de la secretaría de este organismo que se hizo cargo de las festividades cívicas y religiosas que giraban alrededor del Misteri. Las actividades de esta comisión llegaron a su culminación en 1935, año en que participó el filósofo Eugenio d'Ors como mantenedor de los Juegos Florales de la ciudad.

Precisamente, la presencia del pensador catalán en Elche fue fruto del encuentro personal que había tenido con Alberto Asencio en septiembre de 1934 cuando ambos coincidieron en un viaje por las islas Canarias. Nuestro personaje invitó a Eugenio d'Ors a presenciar la celebración de la Festa para el año siguiente, invitación que propició el inicio de una amistad que fue intensificándose durante el transcurso de los años y de la que ha quedado constancia a través de un extenso epistolario. El mismo fue editado por José M. Asencio y por el autor del presente artículo en el libro Alberto Asencio Gonzálvez i la Festa d'Elx: Epistolari (1935-1970) (Patronato del Misterio de Elche, 2004) y puede consultarse digitalizado en la página web de la Cátedra Misteri d'Elx de la Universidad Miguel Hernández.

Al término de la Guerra Civil, Alberto Asencio se integró en la Comisión Restauradora de la Iglesia de Santa María y de las Fiestas de Agosto, aprobada en el mes de mayo de 1939 para llevar a cabo la reparación de la iglesia de Santa María que incluía también los elementos necesarios para volver a escenificar la Festa. Y a partir de 1940, pasó a ser uno de los componentes más activos de la nueva Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y de sus Templos, en la que se transformó la citada Comisión y a la que se incorporó también Eugenio d'Ors como presidente de la llamada "comisión de Madrid". En estos años de posguerra nuestro personaje llevó a cabo un trabajo constante en pro del Misterio, estableciendo alrededor del drama asuncionista contactos con muchísimas personalidades de la época, como José María Pemán, Eduardo Aunós, Francisco Serrano Anguita, Conrado del Campo, José Cubiles, el marqués de Lozoya, Arón Cotrus, Leopoldo Querol, Adriano del Valle, Adolfo Muñoz Alonso, etc.

Durante esta misma época colaboró también entusiastamente, como era habitual en él, en diversas manifestaciones locales. Por ejemplo, en la recuperación de la Semana Santa ilicitana poniéndose al frente de la renovada Cofradía de la Negación de San Pedro o creando la del Cristo de la Fe. O en la construcción del nuevo edificio del Casino de la ciudad, entidad de la que fue vicepresidente entre 1944 y 1947 y presidente entre 1948 y 1952, convirtiéndola en un centro cultural que acogió numerosísimas figuras del arte, de la música y de la literatura.

En los primeros años de la década de los cincuenta Alberto Asencio compaginó esta intensa tarea cultural con las actividades vinculadas a la organización de la Festa tras la creación del nuevo Patronato Nacional del Misterio de Elche, en el que ejerció la función de Secretario de su organismo nacional y vicepresidente de su Junta Local Gestora. En esta misma época construyó una casa en el Hort del Xocolater, que sirvió como lugar de recepción y alojamiento de muchas de las personalidades que invitó para asistir a la representación del Misterio.

En 1955 el Ministerio de Educación Nacional le concedió la encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio en reconocimiento al trabajo de divulgación de la Festa y de propagación de la cultura en su ciudad. En este mismo año ocupó la presidencia de la Junta Local Gestora del Patronato del Misterio en sustitución de Antonio Ripoll Javaloyes. Durante su mandato se concluyó la segunda intervención musical de la Festa, iniciada en 1953 por Óscar Esplà, y se efectuó también una revisión escénica del drama sacro que ha llegado prácticamente intacta hasta la actualidad. Además, potenció la renovación de algunos elementos escénicos de la representación como la alfombra del cadafal y del andador, realizada por la Real Fábrica de Tapices de Madrid en 1959, las estaciones iniciales de este mismo andador ante las cuales canta la Maria, obra del escultor alicantino José Gutiérrez (1960), o el vestuario de apóstoles y judíos, diseñado por Manuel Comba en 1961. Además estimuló otros proyectos culturales unidos a la divulgación de la celebración, como la publicación de la primera guía para los espectadores del Misterio y la edición de un disco con una gran parte de los cantos de la Festa, grabado por la propia Capilla del Misterio, dirigida por el reverendo Ginés Román como Maestro de Capilla, y coordinado por el citado Esplá (1960).

Durante esta década nuestro personaje continuó incansablemente con la tarea de difundir la Festa y cabe destacar su intervención en el acto de exaltación del drama asuncionista que se llevó a cabo en 1962 en el Ayuntamiento de Barcelona. Y, muy especialmente, la conmemoración del VII Centenario del nacimiento de la Festa, que, tomando como fecha de su origen la conquista de Jaime I en 1265, se celebró en Elche con una gran cantidad de actos culturales entre octubre y noviembre de 1965.

A los pocos días de concluir las celebraciones de este centenario, le sobrevino un infarto que le obligó a alejarse de la vida pública durante varios meses. Queda constancia del gran pesar que causó esta circunstancia entre los cantores de la Festa, con los que nuestro personaje mantenía unos estrechos lazos de afecto y estima. Tras la convalecencia, a partir de principios de 1966, puso todo su empeño en lograr la declaración de conjunto histórico artístico para la zona de Traspalacio de Elche, la cual peligraba a consecuencia de la fiebre urbanística de la época. Al año siguiente le fue impuesta la medalla al Mérito Turístico en un acto que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Elche.

La muerte sorprendió a Alberto Asencio tres años más tarde, el 3 de noviembre de 1970 cuando colaboraba en la preparación de otra conmemoración unida a la tradición religiosa de la ciudad: el VI Centenario de la Venida de la Virgen, festividad vinculada al origen legendario de la imagen de la patrona de Elche y de la consueta de la Festa. Una representación extraordinaria del drama sacro que, por primera vez en su historia se realizó el 29 de diciembre, era la aportación del Patronato del Misterio a esta celebración.

Tal como expresaron los medios de comunicación locales, la muerte de Alberto Asencio produjo una gran conmoción en la vida social ilicitana. Pocos meses después, el 23 de marzo de 1971, el Ayuntamiento de Elche lo declaró Hijo Predilecto a título póstumo "como oficial reconocimiento a sus destacadas cualidades personales y servicios en beneficio y honor de Elche."

Joan Castaño
Archivero del Patronato del Misteri d'Elx
y Director del Museu Municipal de la Festa


Alberto Asencio, hombre ejemplar,
auténtico, humilde, trabajador,
amable, incansable, servicial,
la mejor cualidad, su dignidad.

Alberto me mira sonriendo
desde el pasado, desde la memoria.

Alberto de los Ángeles, me recuerda
a aquellas personas que nacieron con
un objetivo claro : vivir la vida,
luchar por ella, amarla.

Me recuerda a esas personas
que no se dejan vencer, que
pelean su último aliento en
conseguir lo que se proponen,
que revocan lo que el destino
les impone.

Alberto Asencio me enseña a no
distinguir entre amigos y enemigos,
a quererlos a todos por igual, y a
hacer de ese pequeño mundo interior
algo mucho más grande.

Alberto me enseña a ser
lo que soy, a llevar este nombre
con dignidad y honor, a saber
que por muchas penurias
que puedas pasar, sonreír
es la medicina que te puede
curar.

Alberto Sánchez de la Peña (biznieto)