RAMÓN PASTOR CASTELL

 

Nacido en Elche, en el popular barrio del “Raval”, en la calle San Juan nº 30, el 23 de octubre de 1923, fue el pequeño de cuatro hermanos y el único varón de la familia.

A la edad de siete años se quedó huérfano de padre, teniendo que empezar a asumir cotas impensables para un niño de su edad. A los 14 años, en plena Guerra Civil y ante las penurias familiares, empezó a simultanear los estudios con el trabajo en la fábrica de Ripoll como aprendiz de mecánico, pasando al poco tiempo a la fábrica de Guerra, en la sección de balas.

En el año 1937 conoce a la que 12 años después sería su mujer, Gloria Jaén, de cuyo matrimonio tuvo cuatro hijos (dos varones y dos hembras) y con el tiempo llegó a tener ocho nietos y seis biznietos.

En estos difíciles años, el poco tiempo que le quedaba tras el trabajo, lo empleaba en intentar, con un ahínco inconmensurable, sacarse los cursos de Técnico de Mecánica, Electrónica e Hidráulico, como así lo hizo posteriormente.

En el año 1940, y gracias a sus conocimientos sobre la mecánica, entró a trabajar en casa de Trives, en un taller de construcción de maquinaria con el grado de encargado. En 1945 pasó al taller de José Blanco, donde había niquelados y cromados para la Semana Santa. Al año siguiente quiso establecerse por cuenta propia pero le fue imposible el conseguirlo por no llegar las ayudas prometidas, optando por irse a trabajar a IMU, done estuvo 33 años como Jefe de Taller.

Su abuelo, Camilo Pastor, fue uno de los fundadores del P.S.O.E. en nuestra ciudad. Su padre, Ramón Pastor, fue presidente del partido y del Círculo Obrero en aquellos tiempos, poniéndole a sus tres hijas los nombres de Libertad, Fraternidad y Hortensia.

La vida política de mi querido y siempre recordado suegro D. Ramón Pastor, comienza a los 10 años, ingresando en el grupo de PIONEROS, y posteriormente en el año 1937 ingresa al mismo tiempo en las Juventudes Socialistas y en U.G.T., debiendo reunirse tras la Guerra Civil en la clandestinidad, dejando la política activa en el año 1949 tras su matrimonio, aunque permaneciendo en contacto con los distintos compañeros, hasta que en 1977 fue elegido Presidente del P.S.O.E. local, ya legalizado. En el año 1979, en las primeras elecciones democráticas municipales tras el franquismo, fue elegido Alcalde de Elche al ganar la candidatura encabezada por él por mayoría absoluta, con 14 concejales.

El pueblo había reconocido su valía, a pesar de que sólo era portador de una honrada sencillez, una transparencia total, y un trabajador enraizado y en contacto con sus conciudadanos.

El 20 de marzo de 1979, un mes antes de las elecciones municipales, en una entrevista, decía: “Ni intento mentirle a usted ni confundir a los electores: si llego al Ayuntamiento de Elche y un mal día me colocara el P.S.O.E. en la tesitura de tener que hacer su política al margen del pueblo y tuviera que elegir, me iría con el pueblo y dejaría el partido”.

En 1983 volvió a encabezar la candidatura socialista, resistiendo al maremoto constante y diario al que estaba sometido por aquellos que pensaban que el P.S.O.E. era un coto privado. Aún así consiguió 17 concejales, 3 más que en la anterior legislatura, empezando su segunda andadura como Alcalde.

En esta segunda Corporación se encontró con compañeros en la oposición y disidentes en sus propias filas, a pesar del éxito obtenido en las urnas.

El empuje que tomó la ciudad bajo su mandato en los campos político-social, cultural y económico se deben en buena parte a su gestión responsable en momentos tan trascendentes e históricos en los que los españoles nos incorporábamos a la recién recuperada democracia.

Siempre se sintió orgulloso de su condición de ilicitano y también de entregarse en cuerpo y alma al servicio de Elche desde su cargo de Alcalde, no haciendo distinciones de clases ni ideologías en cualquiera que se acercara a él a solicitar lo que en justicia podía corresponderle.

Fue una persona clave en las negociaciones para que los documentos y escritos del poeta Miguel Hernández pasaran al Ayuntamiento, firmándose el convenio el día de su cumpleaños.

Nunca renunció a sus raíces en cuanto al lugar de su nacimiento, siendo fundador de la “Peña Arrabal”.

Durante las dos Corporaciones que presidió se realizó la Avenida de la Libertad, el Museo de Arte Contemporáneo, la sede del Palacio de Justicia, el Pabellón Polideportivo Cubierto (ahora llamado Esperanza Lag), la Estación de Autobuses, el Conservatorio de Musica, el Complejo San José, la creación de suelo industrial, los hermanamientos con Toulouse, Jaca y S. Bartolomé de Tirajana, entre otros muchos logros.

Su carácter campechano y ocurrente, unido a la personalidad que su figura emanaba lo hizo protagonista de una anécdota con su Majestad la Reina Dª Sofía en su visita a la ciudad el 1 de noviembre de 1985 para asistir a la representación extraordinaria del Misteri d’Elx. Y es el caso que al estar sentada S. M. junto a D. Ramón en el palco de honor, llegaron a oírse diáfanamente unas mal reprimidas carcajadas, surgidas ante los comentarios tan distendidos del Sr. Alcalde, las cuales fueron largamente comentadas en la prensa de aquella época. La sencillez junto al respeto de uno y la llaneza exuberante de la otra, habían conseguido romper el riguroso protocolo, llevándose S. M. un recuerdo imborrable de su estancia en nuestra ciudad.

Podría comentarse un cúmulo de vivencias, anécdotas y recuerdos vividos por D. Ramón Pastor durante las dos Corporaciones que presidió, pero siempre antepuso su condición de Primer edil y los valores que representaba su cargo si con ello defendía la tradición y la cultura de los ilicitanos.

En la mitad del primer mandato corporativo se le plantea al Alcalde por miembros de su Grupo Municipal, contrarios a su forma de ser y actuar, la conveniencia expresa de no asistir a las procesiones y romerías, así como el quitar el día 29 de diciembre como festividad local. Él, impertérrito, contesta a la delegación de los radicales disidentes, que a las procesiones asistieran los que quisieran, y que el día de la Venida de la Virgen, mientras él fuera Alcalde, sería fiesta local.

La propuesta que se le había hecho, corrió como un reguero de pólvora por toda la ciudad, dando lugar a una numerosísima concentración en la Plaça de Baix, como acto de protesta ante la misma, con silbatos y tarjetas rojas en alto contra el Ayuntamiento. Ramón Pastor no se arredró ante las circunstancias tan tensas que se estaban produciendo y haciendo acto de presencia, prometió lo que antes había afirmado a los que no estaban de acuerdo con sus decisiones, es decir, que el día 29 de diciembre seguiría siendo festivo porque el pueblo lo quería así. La concentración se disolvió pacíficamente. Esto fue otro de sus éxitos, reconocidos y agradecidos por el pueblo al que se debía.

Aquellos que clamaron contra las procesiones y romerías, han asistido y asisten a las mismas en lugares distinguidos e incluso presidiéndolas.

Una anécdota significativa de su amor a las tradiciones de nuestra ciudad nos la cuenta Jaime Gómez Orts, en un artículo, indicando lo siguiente: “El primer Sant Jaume que no fue fiesta en Elche, en el que todos los años celebrábamos mi santo en Playa Lisa, y naturalmente allí estaba Ramonico y preguntando que hacía allí contestó: Yo el día de Sant Jaume no he trabajado en la vida y ahora no voy a cambiar. Los demás si quieren ir al Ayuntamiento, que vayan”.

En el año 1987 rehusó al privilegio de ser Diputado, al no compartir los planteamientos que desde aquí habían hecho con él los que se llamaban amigos y compañeros de partido. Se marchó a su casa con el paro denegado y subsistiendo de la familia y de amigos reales, entrando en una depresión a causa del mal pago que le habían hecho tras su esforzado trabajo, de la cual no se recuperó, falleciendo el día 14 de marzo de 1999, tras una cadena paulatina y sucesiva de infartos.

El diario Elche, en su crónica del día siguiente a su óbito dijo: “lo cierto es que el homenaje de hoy, merecido, suena incluso a hipócrita, si se tiene en cuenta el ostracismo al que se había sometido a Ramón Pastor”.

Ese mismo día, el Excmo. Ayuntamiento en Pleno, le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad en reconocimiento y agradecimiento a los méritos personales y actividades a favor de Elche, demostrados a lo largo de su vida. Así mismo, el Alcalde D. Diego Maciá, señaló en su discurso el talante del fallecido, asegurando que es “un símbolo imborrable de cómo impartir de forma magistral las clases de la escuela de democracia”.

El día 31 de mayo de 2008 fue inaugurada la Avenida Alcalde Ramón Pastor, cumpliendo lo emanado por el Excmo. Ayuntamiento presidido por D. Alejandro Soler.

Como colofón, unas palabras que dijo en la entrevista concedida a Domingo López el 17 de marzo de 1991: “A los que me hicieron daño antes, los volvería a ayudar de todo corazón, …, y me gustaría reencarnarme en águila, para volar alto y salir de las miserias de la tierra”.

Nicolás Bono Parras