La cerámica ibérica decorada de La Alcudia ocupó gran parte de la vida de Alejandro Ramos Folqués. Desde el momento en que era hallado en sus excavaciones incluso el menor de los fragmentos, este pasaba a formar parte de una familia muy especial a la que él cuidaba, hasta mimaba... Pero estas atenciones no eran fruto sólo de una afición, ni mucho menos. Formaban parte de un proceso así entendido, en el que su objetivo principal era alcanzar una amplia visión de sus hallazgos y, de este modo, llegar a un conocimiento con el que divulgar lo que La Alcudia ofrecía.
El gran trabajo que realizó en estos calcos, algunos de ellos aquí expuestos, era un capítulo dentro de su protocolo investigador. Al margen de su imagen artística, Alejandro Ramos Folqués los concibió como herramientas de estudio, comparación y difusión de la riquísima colección de cerámica ibérica de La Alcudia.
Hoy, la Fundación L'Alcúdia, encuentra la oportunidad de volver a exhibirlos como parte de la puesta en marcha de la Cátedra creada en honor de tan importante investigador, protector y divulgador de nuestro patrimonio, Alejandro Ramos Folqués.
El mundo vegetal
Las representaciones vegetales pintadas en la cerámica ibérica pertenecen a una concepción simbólica del proceso generador de la existencia y aluden a la manifestación de la vida en el universo de las plantas. Las imágenes representadas prioritariamente son las del "árbol de la vida" y las de la flor de loto.
El mundo animal
La figuración animalística presenta fundamentalmente representaciones ideales de aves y carnívoros, exponentes respectivos de una alusión de vida y muerte, bien y mal o noche y día. Son imágenes que no responden a la representación realista del mundo animal, sólo intentan evocar una alegoría referida a la oposición existente entre las dos especies. Otras especies se suman a esta expresión de vida, creando escenas que no precisan corresponderse con su medio natural.
Escena heroica
La representación de un personaje altivo armado de lanza que, entre elementos florales, se enfrenta con un animal fantástico al que sujeta por la lengua muestra una realización ibérica del mito del héroe que lucha con el dragón. Es posible que el motivo de la lucha fuera la expresión simbólica del triunfo de la vida sobre la muerte, pues el varón adquiría en ese enfrentamiento el carácter de héroe. Esta escena podría responder también al ritual de iniciación de los jóvenes que han de alcanzar su condición de adultos, de hombres que han demostrado su valor.
Escena funeraria
La imagen de un caballo ensillado al que conduce por sus riendas un personaje que camina delante de él, vestido con una larga túnica con capuchón, con la representación entre ambos de un ave que vuela hacia la izquierda, responde a la representación del caballo de un difunto, conducido por su amigo o por su escudero, para presentarlo ante un altar y así cumplir el ritual que permitiría al guerrero muerto alcanzar su Más Allá, acto en el que está presente el alma del muerto simbolizada por el ave.
La diosa
La representación simbólica antropomorfa muestra la plasmación de la idea de la divinidad femenina y constituye el tipo de manifestación que caracteriza la cerámica ibérica de La Alcudia. Es la imagen de la diosa que se muestra pintada como el rostro que brota como una flor de su cáliz. Esa imagen también se muestra como figura casi completa, dotada de alas, con vestido acampanado decorado con una flor de loto y asociada a la mostración de la plenitud de la simbología vegetal y animal que la rodea puesto que ella trae del seno de la tierra el milagro de las cosechas. Imagen que también se presenta como auriga que conduce una biga sagrada tirada por caballos alados para llegar a este mundo desde los infiernos.
Alejandro Ramos Molina
Subdirector de la Fundación L'Alcudia
Fotografías de VCrown |