De siempre, se ha sabido que en la sacristía de nuestra Basílica de Santa María existe una imagen de Cristo crucificado, de pequeña medida a las que estamos acostumbrados. Dicha imagen de autor anónimo, se enclava en el siglo XVII y podemos admirarla en nuestros días ya que fue una de las pocas imágenes que se salvaron en la quema de las iglesias que hubo en el año 1936.
Recientemente, la cofradía ha podido saber que también hay otra imagen de características muy parecidas en Caravaca de la Cruz, ya que, tanto la imagen como la cruz de ambas son de estilo barroco y también de autor anónimo. Además se cree que data también del siglo XVI o XVII.
Entrando ya en nuestra historia como hermandad, esta imagen, por aquel entonces el desconocido Cristo que presidía la Sacristía de Santa María, es en la que pensamos para hacer nuestra cofradía.
En 1983 un grupo de amigos teníamos la firme intención de fundar una cofradía. Eran años en los que la Semana Santa en Elche empezaba sus años de esplendor gracias a la generación de nuevas cofradías y nuevos tronos.
Después de muchas reuniones, se aclararon estatutos e intenciones y razón de ser de la cofradía, fundamentando el principal objetivo que era la realización de una imagen y un trono, y para poder formar parte de la Semana Santa ilicitana.
Recuerdo que por aquel entonces Francisco Más Ruiz nos comentó que en la Sacristía de la Basílica de Santa María, existía una imagen de Cristo crucificado de gran valor artístico, que los sacerdotes utilizan para hacer la reverencia, antes de salir a celebrar la Santa Misa.
A dicha imagen no se le conocía advocación alguna y esto nos dio una idea. Nuestra intención era crear una cofradía que en la madrugada del Viernes Santo realizase un Penitencial Vía Crucis por las calles de Elche.
Con esta idea medio esbozada, recuerdo que nos dirigimos junto a Francisco Más, Jaime Casanova y Manuel Torres, al arcipreste de Santa María el Rvdo. D. Antonio Hurtado y le solicitamos si podíamos contar con la imagen de Cristo crucificado, que presidía en la Sacristía para crear la cofradía.
A D. Antonio le pareció muy buena idea, pero nos remitió al consiliario y vicario de Santa María, el Rvdo. D. Felipe Martínez López.
Nos dirigimos a D. Felipe y le expusimos entre los tres todo nuestro proyecto. Recuerdo que D. Felipe se ilusionó mucho con el proyecto, y la idea de realizar un Vía Crucis en la madrugada del viernes santo le entusiasmó.
Comentamos que la imagen, tenía y tiene un gran valor artístico, aunque su estado no era el mejor ya que estaba bastante deteriorada, así que nos recomendó tratarla, recurriendo a la frase coloquial "como oro en paño". Ya autorizados también por D. Felipe, nos pusimos en marcha para realizar nuestro proyecto.
Fuimos a la vecina ciudad de Albatera y les encargamos un trono a los hermanos García Quinto. Dicho trono se terminó en el año 1984, y ese año fue el primero en el que salimos a la calle aunque con el Cristo sin advocación alguna.
Organizamos un acto a modo de Bendición y se le impuso el nombre de Santísimo Cristo de la Reconciliación.
Este nombre fue idea de D. Felipe Martínez y surgió así ya que en el año 1984 fue declarado por el Papa Juan Pablo II, Año Santo de la Redención para la Reconciliación. Los argumentos de D. Felipe se basaron en que utilizando esa advocación para el Cristo, se recordaría para siempre un año especial designado por su Santidad. Desde ese año todos los años a las 5,45 horas de todos los Viernes Santos hasta ahora se realizan dicho vía crucis penitencial.
Salimos en procesión al más puro estilo ilicitano, como antiguamente se llevaban los pasos en Elche, con gallatas que al ir andando se golpean en el suelo.
Por otro lado, es de destacar también, que cuando se realizó la exposición en Orihuela "La luz de las imágenes", tuvimos la suerte de que el Cristo de la Reconciliación fuera en un principio seleccionado para ser expuesto como una de las obras de arte más antiguas de la provincia. Además, gracias a esto fue completamente restaurado en los talleres de restauración de Bétera, aunque después volvió a su dosel en la Basílica de Santa María ya que finalmente no estuvo en la exposición.
Dicho todo esto, queremos destacar que, hoy por hoy, este Penitencial Vía Crucis es algo completamente diferente a cualquier estación de penitencia o desfile procesional que se realice. El Vía Crucis del Cristo de la Reconciliación es de las pocas cosas que en la Semana Santa ilicitana merece la pena ver. Y más que ver, participar en su recogimiento, rememorando por las calles de Elche la Vía Dolorosa que Cristo Nuestro Señor sufrió.
Manuel Torres Campello
Hermano Mayor y Presidente Hermandad de la Reconciliación
|