El origen de la devoción asuncionista en Elche se remonta al año 1265, año en que la ciudad, en mano de los musulmanes, es conquistada por el rey Jaume I el Conquistador, siendo consagrada la mezquita al culto cristiano y dedicada a la Virgen María en el Misterio de su Asunción a los Cielos, misterio al que el monarca tenía una especial devoción y al que dedicaba templos en su honor en todos aquellos lugares que iba conquistando.
La bendición solemne de la mezquita tuvo lugar con el estandarte del propio monarca aragonés, estandarte que contenía pintada en el centro la imagen de la Virgen, y que quedó entronizado en el altar mayor del templo, siendo sustituido por la imagen de Nuestra Señora hallada en el mar en 1370.
La Venida de la Virgen
Cuenta la tradición, transmitida de padres a hijos, que el 29 de diciembre de 1370, el guardacostas Francesc Cantó, halló flotando sobre las aguas de la playa del Tamarit, en el lugar denominado de las Azucenas, un arca en cuya tapa se indicaba “Soc per a Elig” (Soy para Elche). Al acercarse y abrir el arca descubre en su interior una imagen de la Virgen María, y junto a ella unos pergaminos, el Consueta, conteniendo el texto y música de la Festa, que habría de ser celebrada cada catorce y quince de agosto, y en la cual sería representada la dormición, asunción y coronación de María acompañada de los apóstoles.
Viendo tal objeto, el guardacostas se dispuso veloz a comunicar la buena noticia del hallazgo a las autoridades civiles y eclesiásticas ilicitanas, quienes conocedores de la noticia, convocaron mediante un bando público a la ciudadanía a acudir a la playa a recibir y acompañar la imagen de Nuestra Señora hasta Elche.
Cada año los ilicitanos celebramos festivamente esta tradición de su Venida los días 28 y 29 de diciembre, trasladándonos a la playa del Tamarit donde al amanecer del día 28 se representa el hallazgo por el guardacostas, el recibimiento por parte de las autoridades de la época, y el acompañamiento por su pueblo en romería desde el lugar de las Azucenas hasta Elche siendo portada en carreta de bueyes.
Al mediodía es leído el bando público en varios lugares de la ciudad convocando a su recibimiento a la entrada de la ciudad desde donde es acompañada hasta la Basílica de Santa María, donde se le da una emotiva bienvenida.
Al día siguiente, veintinueve de diciembre se celebra la solemne procesión, en la que como en el día interior, participan los personajes de la época del hallazgo: Francesc Cantó a caballo, marineros portando el arca, heraldos, vocero y autoridades de la época. Nuestra Patrona es portada en su trono, rodeada de un coro de ángeles.
La Festa.
Según la tradición la imagen venía acompañada del Consueta con la letra y música de la Festa, y con él un pergamino que decía así:
“El Omnipotente Dios, que por efecto de su bondad infinita se ha dignado otorgar a la venturosa y privilegiada Ilice el tesoro inapreciable de su Divina Madre, para que, como su custodia, amparo y protectora, vele por la salud espiritual y temporal de sus hijos, alejando los males y alcanzando por su maternal mediación toda clase de bienes, desea que se honre y venere tan sagrado depósito, como corresponde a la excelencia de tan alta dignidad. Por tanto es su voluntad que se la venere bajo el augusto título de Mare de Déu de l´Assumpció. Desea también que para aumentar la piedad y perpetuar la memoria de María Santísima se represente todos los años, y con la pompa que exige tan venerable misterio, en los días 14 y 15 de agosto su muerte con la asistencia de las vírgenes compañeras de María, y de los apóstoles que por el poder de Dios acudieron de desde los diferentes países en los que se encontraban predicando el evangelio, su sepultura acompañada de los cánticos de los apóstoles, y su gloriosa asunción a los cielos, siendo recibida por la Santísima Trinidad, coronándola como Reina y Señora de cielo y tierra”
Cada 14 y 15 de agosto en la Basílica de Santa María se celebra desde la Edad Media este Misterio de la Asunción a los cielos de la Virgen María, acompañada en sus últimos momentos de los discípulos de su Hijo, quienes la sepultarán y asistirán a su Asunción y Coronación por la Santísima Trinidad como Reina de todo lo creado.
El Misterio de Elche es el único ejemplo vivo de teatro religioso medieval que se ha representado de forma continuada hasta nuestros días, siendo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cultos y Celebraciones
La devoción de los ilicitanos a su Patrona, la Mare de Déu de l´Assumpció es manifestada a lo largo de todo el año, no limitándose a la celebración de las fiestas patronales, celebradas alrededor de la fecha de su onomástica, como sucede en la mayoría de patronazgos.
El año litúrgico da comienzo con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, y en el cual del treinta de noviembre hasta el ocho de diciembre se celebra en la Basílica de Santa María la Novena de la Inmaculada, presidida por la Mare de Déu portando el manto azul característico de esta advocación de la Virgen María. Hasta hace pocos años el manto utilizado para este novenario era el donado por el obispo Antonio Despuig y Dameto en 1795, siendo confeccionado en Roma. Dado su estado de deterioro fue sustituido por un nuevo manto, siendo el anterior restaurado.
Durante el tiempo litúrgico de Navidad, la Patrona también adquiere un protagonismo especial, ya que dentro de la octava de navidad, y durante los días 26 al 30 de diciembre se celebran las fiestas conmemorativas de su Venida a Elche, celebraciones en las que la imagen porta el manto de la Venida de la Virgen, diseñado por D. Pedro Ibarra Ruíz en 1917.
Cada sábado se celebran en la basílica los cultos sabatinos con el rezo del Santo Rosario, Santa Misa y canto de la Salve. Además, durante todo el año, el día quince de cada mes se celebra la Eucaristía, cantada por la Escolanía del Misteri, y a su término es abierto el camarín de la Virgen para la veneración de los fieles.
El Miércoles de Ceniza marca el inicio del tiempo litúrgico de Cuaresma, durante este tiempo de preparación para la celebración de la Pascua, la imagen de Nuestra Señora porta el manto morado, color que la liturgia indica para este tiempo penitencial, manto que portará la imagen hasta el miércoles santo. Si bien esta costumbre es relativamente reciente, pues este manto era el que tradicionalmente portaba la imagen únicamente cuando salía en rogativa.
El Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, la imagen luce el manto del VII Centenario, que será el que portará en la procesión del domingo de Pascua de Resurrección. Tras la Misa de la Cena del Señor y la reserva del Santísimo Sacramento en el Monumento instalado en la Capilla de la Comunión de la Basílica, es cubierto el camarín de la Virgen, que no volverá a descubrirse hasta la Vigilia Pascual en el momento de entonar el Gloria, a la vez que son volteadas las campanas de la Basílica de Santa María y disparados fuegos artificiales.
Finalizada la Vigilia Pascual la imagen de la Virgen es colocada en su trono, para salir en procesión al día siguiente, partiendo desde la Basílica al encuentro de la imagen de su Hijo Resucitado, encuentro que tiene lugar en el cruce de las calles Reina Victoria y Jorge Juan, continuando hasta Santa María, siendo lanzadas a su paso miles de aleluyas.
Tenemos documentada la realización de una procesión con la imagen de Nuestra Señora de la Asunción en la mañana del domingo de Pascua desde 1531, incorporándose años más tarde la imagen de Cristo Resucitado, obra de José Esteve Bonet, imagen que se encuentra expuesta al culto en la Basílica de Santa María.
El mes de mayo es el mes dedicado tradicionalmente por la Iglesia a la Virgen María, durante todos los días del mes se realiza el Ejercicio del Mes de María en la Basílica.
En agosto tienen lugar las fiestas mayores en honor de la Patrona de la ciudad, teniendo sus días centrales el 13, 14 y 15 de agosto. La Nit de l´ Albà , nos anuncia la celebración de la Vespra, el día catorce, a cuyo término la imagen de la Maredéu es expuesta yacente a la veneración de los fieles, durante la Roà.
El día quince por la mañana se celebra la procesión entierro de la Virgen, y por la tarde se celebra la Festa con la Coronación de la Mare de Déu.
Del 16 al 22 de agosto se celebran en su honor las tradicionales Salves. La imagen de la Patrona es colocada yacente en la cama donada a la imagen en 1747 por el duque de Aveyro, Señor de Elche. Cada día se reza el santo rosario, se celebra la santa misa con predicación y es cantada la Salve y Gozos de la Virgen.
El día 31 de agosto, último día del mes dedicado a la Asunción de María, a las diez y media de la noche se reza el santo rosario en la Basílica, seguido del canto de la Salve. A continuación es disparada desde el campanario de la Basílica la tradicional palmera de San Ramón, que pone fin a las celebraciones asuncionistas.
Nuestra Señora de la Asunción fue proclamada en 1924 por Pío XI Patrona canónica de los ilicitanos. En 1958 por el Ayuntamiento le fue otorgado el título de Alcaldesa Honoraria de la ciudad; en 1970 fue coronada canónicamente por D. Pablo Barrachina, obispo diocesano.
El templo donde se la venera fue declarado Basílica Menor en 1951 por Pío XII y en 1964 Monumento Histórico Nacional. El 18 de mayo de 2001, la fiesta celebrada en su honor cada catorce y quince de agosto, la Festa d´Elx, fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
José Manuel Sabuco Mas.
Archivero Sociedad Venida de la Virgen.
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