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En el último trimestre del año, las fiestas que relucen por encima de las demás son las de la Venida de la Virgen. Elche se vuelca con la conmemoración del hallazgo y llegada a nuestra ciudad de la que es su Patrona, la Virgen de la Asunción. Muchos son los actos que se preparan en su honor, y la participación ciudadana es sobresaliente.
El día 26 de diciembre se celebró el pregón de las fiestas, a cargo de D. Ricardo Seller Abad, en la Sala Gran Teatro, del centro de la ciudad. El pregonero realizó un repaso por la historia de los festejos, y remató con un ¡Vivan las fiestas de la Venida de la Virgen!, que fue jaleado por toda la Sala.
El día 27, es el día dedicado a los Ilicitanos Ausentes. El día comenzó con la recepción de todos los Ilicitanos Ausentes que quisieron venir, en la Casa de la Festa, para después celebrar Misa y Ofrenda en la basílica de Santa María. En el Ayuntamiento se les dedicaron unas palabras y unos detalles y se nombró al Ilicitano Ausente Distinguido, D. Juan Ródenas Cerdá. También se hizo entrega al Alcalde de Elche, por parte de un Ilicitano Ausente, D. Manuel Torres Díez, de la partitura de una marcha procesional compuesta por él mismo y dedicada a la Virgen. Después, se visitó el Museo Escolar Agrícola de Pusol como colofón para todos los Ausentes.
Miles de ilicitanos se agolparon a primera hora de la mañana del día 28 en la playa para recibir y acompañar a la Patrona hasta Elche, tras su milagrosa Venida. La jornada comenzaba a las 5 de la madrugada con la salida de los primeros autobuses hacia Santa Pola. La Virgen aparecía en la playa a las 7 y, tras la breve Eucaristía celebrada por D. Rafael Palmero, obispo de nuestra diócesis, emprendió un rápido camino hacia Elche, acompañada por miles de ilicitanos. Por la tarde, el guardacostas Francesc Cantó recorrió las calles de la ciudad para anunciar la noticia y Elche aclamó a la Virgen a su llegada a la basílica de Santa María.
Las fiestas de la Venida de la Virgen finalizaron con la Procesión de la Patrona por las calles de Elche, el día 29, con las calles abarrotadas y la multiplicación de los vítores y alabanzas hacia ella. Sobre las 11 de la mañana partía la Procesión con la Virgen de la Asunción desde la basílica de Santa María, rodeada de angelitos. El momento más esperado era el paso por la Plaça de Baix. Multitud de ilicitanos la esperaban en la plaza mayor de la ciudad para vitorearla y alabarla. A la llegada de la Patrona de nuevo a su casa, la basílica de Santa María, se entonó el Himno de la Venida de la Virgen y se celebró Misa en su honor.
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