EL TOMILLO (tomello)

 

Es muy común en las sierras del término ilicitano y del entorno, así que no resulta difícil encontrarla en parajes como el Pantano, el Ferriol o Peña las Águilas. El tomillo, conocido también como “tomello” (que es su traducción en valenciano), es una especie de planta perenne, tallo leñoso y escasa altura, a lo sumo un palmo o poco más, que crece en suelos pobres y pedregosos de regiones secas. Suele aparecer muy poblada de hojas diminutas, que poseen esencias aromáticas.

Tal y como aparece reflejado en la obra Nuestras Tradiciones, editada por el P.H.A.C.E., el tomillo florece en primavera, a partir de marzo, se cría en collados, cabezos y laderas expuestas al sol, mientras que la recolección se suele realizar desde abril a junio.

Se trata de una hierba utilizada desde tiempos remotos. De hecho, los griegos ya la conocían, y la asociaban con la actividad. En el Medievo, las damas bordaban la figura de esta planta en los pañuelos que regalaban a su caballero, incluso en sus ropas, para desearle suerte en los combates.

Las propiedades del tomillo son muy conocidas. Su componente más importante es el timol, que actúa sobre la circulación y los centros nerviosos. Aumenta la amplitud del pulso y eleva la potencia vital con estimulación de las funciones digestivas.

Además, posee propiedades desinfectantes, calma los dolores cólicos y de la tosferina y enfisema, y disminuye las secreciones nasals. Combate asimismo las lombrices y sirve de repelente a los mosquitos. También se usa para combatir la caries, y facilita el apetito y la digestion, con lo que se puede añadir a una sopa, así como a cremas y rellenos, y al arroz, si se emplea como especia, de igual forma que en las carnes y pescados.

Preparar una infusión de tomillo es tarea fácil y rápida. Se escalda el contenido de una cuchara sopera de la hierba en el agua, se deja reposar durante 10 minutos, y posteriormente, se cuela, y se añade el zumo de medio limón, así como una cucharada de miel. De esta forma podrá aliviar las infecciones de la garganta. Contra la bronquitis, laringitis, ronquera, resfriado y enfriamientos, se puede proceder hirviendo cinco litros de agua con un kilogramo de la hierba junto con romero y espliego. Se vierte al agua caliente de la bañera y puede tonificarse sumergiéndose en ella e inhalando el vapor que despide.

De cara a su mantenimiento en óptimas condiciones, cabe una vez recolectada, dejarla secar a la sombra sin amontonar, en un lugar ventilado, y guardarlo en saquitos de tela o tarros de crystal con cierre hermético.